"...pero Enrique Alarcón es un superviviente de esa época cinematográfica a la que solo le falto una ráfaga de libertad para convertirse en la mejor de Europa. Y, con su sonrisa tierna, su apetito voraz, su integrismo manchego, luego de tantos anos, tantas películas, tantos premios, tantas vicisitudes personales de las que dejan huella, está aquí conmigo, con nosotros, re-construyendo en parte su propia nostalgia de soldado del Ebro, proyectando unas trincheras donde queremos que que-pan republicanos, nacionales y demás perdedores de una guerra que reconstruimos precisamente para generar esperanza.
Que las páginas de este libro sirvan para descubrir y reparar una de las grandes omisiones de nuestra historia cinematográfica, y que Enrique Alarcón continúe dando lecciones diarias de lo que fue y volverá a ser un grande y hermoso oficio."
Extracto del prólogo de Luis G. Berlanga